jueves, 16 de enero de 2014

Capítulo 33

Novela: "Al desnudo"
Capitulo 33
—Entonces,  ¿no  se  lo  dijiste?  —me  preguntó  Sarah,  que  estaba  sujetando  varios  clavos  entre  los labios. Estaba en lo alto de la escalera, con un martillo y una pistola de clavos. Yo ya había dejado de preocuparme por lo que podía pasar si se caía.
—No —dije.
Estaba más preocupada por lo que podía pasar si se le caía algo, porque me daría en la cabeza.
Sarah  disparó  otro  clavo  en  el  listón  de  madera  y  clavó  otro  centímetro  de  tela.  Yo  sujetaba  la escalera mientras ella plegaba la tela y añadía otro clavo. Me miró desde arriba.
—Peter te dijo que no iba a mentirte.
—Todo el mundo dice que no miente —repliqué yo—. Y ese no es el problema, porque yo creo lo que me dice. Lo que ocurre es que no quiero saber la verdad.
Sarah bajó de la escalera y la movimos medio metro más allá.
—Pero si ya la sabes.
—Sí, ya lo sé.
Ella claveteó unos cuantos pliegues más, en silencio. Me causó curiosidad, porque me había esperado una conversación mucho más larga sobre aquello.
Bajó de la escalera, la movimos, volvió a subir. Trabajamos durante unos minutos sin hablar, pero la siguiente vez que bajó, se apoyó en la escalera.
—Te gusta mucho, ¿eh?
—Sí. ¿Quieres tomar algo?
Ella asintió, y fuimos a buscar un refresco a la pequeña nevera de mi estudio. Entonces, ella movió la lata entre las manos y me miró.
—Bueno,  y  si  ya  lo  sabes,  ¿por  qué  no  se  lo  preguntas?  ¿No  te  molesta  saber  que  se  ha  tirado  a
Pablo?
Me encogí de hombros.
—Estoy más molesta con Pablo por haber hecho eso. Yo no era virgen cuando conocí a Peter, Sarah.
Sé que él ha tenido amantes, pero yo también.
Ella soltó un resoplido.
—No  creo  que  yo  pudiera  soportarlo.  ¿Salir  con  alguien  que  se  ha  tirado  a  alguien  a  quien  me  he tirado yo? Tengo una mente abierta, pero no tanto.
—Míralo desde esta perspectiva: no creo que vuelva a suceder.
—¿No?
—De lo contrario, Pablo no estaría tan celoso.
—Eso es cierto.
Las  dos  terminamos  el  refresco  y  tiramos  la  lata  a  la  basura.  Miré  a  mí alrededor  mientras  Sarah subía a la escalera. El estudio estaba tomando forma de verdad.
—Voy a hacer un par de fotografías. Quiero documentar bien el proceso —dije, mientras tomaba mi cámara.
Sarah posó.
—La, la, la.
Yo todavía no había borrado las fotografías de la última vez que había usado la cámara, y cuando la encendí, la última de ellas apareció en la pantalla. Éramos Peter y yo algo borrosos, besándonos, en un ángulo extraño. Podríamos haber sido cualquiera.
La estudié.
—¿Crees que me equivoco por querer que esto funcione?
Sarah bajó de la escalera y me dio uno de sus maravillosos abrazos.
—No, cariñito. Claro que no.
—Porque… lo deseo de verdad.
Ella me estrujó.
—Entonces, deberías decirle que lo sabes. Si no lo haces, te va a reconcomer por dentro. Te vas a preocupar siempre.
Yo suspiré.
—Sí, ya lo sé.
Sarah sonrió.
—Por  si  te  facilita  las  cosas,  creo  que  yo  estoy  enamorada  de  un  tío  que  se  acuesta  con  tías  por dinero.
—¿Cómo? ¡Ni siquiera sabía que estabas saliendo con alguien!
—¿Lo ves? —dijo ella—. Todo el mundo tiene problemas.
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Normalmente, no me importaba hacer el último turno en Foto Folks. El centro comercial cerraba a las
nueve,  y  nosotros  dejábamos  de  dar  cita  a  las  ocho  para  asegurarnos  de  terminar  a  esa  hora.  Por  las noches acudía más gente a la tienda, lo cual significaba que todos ganábamos más dinero.
Aquella  noche,  sin  embargo,  yo  estaba  inquieta.  No  había  visto  a Peter desde  la  noche  anterior;  él había dormido en su futón, en el apartamento de abajo, porque tenía que levantarse muy temprano para una reunión y no quería despertarme. Mi cama se había quedado muy vacía sin él, y yo no había dormido bien de todos modos.
Me despertó una llamada de mi madre, la llamada de mi cumpleaños. Sarah ya me había enviado una tarjeta  de  regalo  con  crédito  para  iTunes.  Mis  hermanos  y  mi  padre  me  habían  mandado  tarjetas  por correo, y yo sabía que mi madre también me felicitaría.
Me pregunté qué habría planeado Peter.
Sin  embargo,  antes  de  poder  averiguarlo  tenía  que  pasar  una  hora  más  de  maquillaje  exagerado  y dedos bajo la barbilla. Boas de plumas. Me pregunté si era posible morir de un exceso de tiaras.
Por fin terminé, y gané buenas propinas. Fui rápidamente a casa y, cuando llegué, olí la cena desde las escaleras de abajo.
—Estás muy guapo en mi cocina —dije, mientras colgaba el abrigo y el gorro en el perchero de la entrada, al ver a Peter. Llevaba el delantal de la señora desnuda, pero él no estaba desnudo debajo. Una pena.
—Feliz cumpleaños.
—Ummm… Besos de cumpleaños, los mejores.
Nos besamos con ñoñería, como la pareja que yo siempre había querido ser.
—¿Y los azotitos de cumpleaños? —me preguntó él, estrujándome el trasero.
—¿Para ti o para mí?
Él se echó a reír.
—Elige tú. Es tu cumpleaños.
—Lo pensaré —dije yo, con una sonrisa de picardía, y dejé que me frotara un poco más.
—A propósito, has recibido algunos paquetes. Los he puesto en la butaca.
—¡Oohhh, regalos! —exclamé.
Encontré las cajas. Había un paquete de Amazon y otra caja mucho más pequeña, con la dirección de mi madre en el remite.
Abrí el paquete más grande mientras Peter me miraba, y saqué tres libros de tapa dura. Al principio no me di cuenta de lo que eran, pero cuando leí los títulos, volví a meterlos en la caja y cerré la tapa.
—Son de Pablo —dije—. La Guía del autoestopista galáctico y las secuelas.
Peter miró la caja.
—Buenos libros.
—Está intentando hacerme la pelota. Además —dije con mala intención—, yo ya tengo estos libros, pero  están  en  su  casa.  Así  que,  en  realidad,  me  está  regalando  algo  que  ya  tengo  porque  no  me  ha devuelto los míos. Me manda un regalo que yo le hice, pero no me devuelve algo que me pertenece.
Mis palabras tenían tanto ácido que podían haber quemado el suelo. Peter empujó la caja con un pie.
Yo fruncí el ceño.
—Abre el otro regalo.
La caja de mi madre contenía un collar de plata. Era bonito; una estrella de David con un corazón en el centro. Me lo coloqué junto a la garganta y pensé en si quería llevarlo puesto.
—¿Puedes ayudarme con el cierre?
—Claro —dijo Peter.
Se puso detrás de mí y me levantó el pelo de la nuca para poder abrocharme la cadena. El colgante quedó justo en el hueco de mi garganta. Yo lo acaricié.
—¿Qué tal me queda?
—Precioso.
Entonces, lo miré.
—Bueno… ¿Y hay algo más que tenga que abrir?
—Ah, mi pequeña avariciosa.
—Esa soy yo —dije. No tenía sentido negarlo. Aquel que diga que no le gustan los regalos miente.
—Primero, vamos a cenar —me dijo él—. Después, los regalos.
Yo  hice  una  mueca,  pero  la  cena  olía  demasiado  bien  como  para  resistirse. Peter  había  preparado lasaña, ensalada y pan de ajo. Había puesto la mesa con un bonito mantel, flores y velas.
Hablamos y comimos, y nos reímos. Tomamos tarta de chocolate. Seguimos charlando y riéndonos sin que se nos terminaran las cosas que decir.
A Peter le brillaban los ojos a la luz de las velas.
—Tienes una sonrisa maravillosa.
—Todo  dientes  —dije  yo,  pasándome  la  lengua  por  la  dentadura—.  Tuve  aparato  durante  mucho tiempo.
—Seguro que estabas muy mona.
—Pfff. ¿Y tú? ¿Cómo eras tú de pequeño?
No perdió la sonrisa, pero su mirada se ensombreció ligeramente.
—De niño era idiota.
—Seguro que no.
Peter se encogió de hombros y comenzó a recoger los platos. Yo no insistí, porque él ya había evitado el tema de su familia en alguna ocasión. Ya tendría tiempo de preguntárselo más adelante.
Entre los dos recogimos la mesa y pusimos el lavaplatos. Después, me preguntó:
—¿Estás lista para tu regalo?
—¿No era la cena? —le pregunté, mordisqueándole la barbilla.
—No.
—Estás sonriendo como un bobo, Peter.
Su sonrisa se hizo incluso mayor.
—Ven a sentarte.
Me llevó hasta el sofá e hizo que me sentara.
—Cierra los ojos.
—Eso significa que es bueno —dije yo. Di unas palmaditas y cerré los ojos. Yo también estaba sonriendo.
Entonces, él susurró:
—Ya puedes abrirlos.
El paquete estaba envuelto con un papel y un lazo, a la manera de un profesional.
—¿Lo has envuelto tú?
—Sí.
—¿Es que no hay nada que no hagas bien? —le pregunté, mientras acariciaba el envoltorio.
—Vamos, ábrelo.
Empecé a aflojar el papel, porque no quería romperlo, pero Peter me tomó los dedos para obligarme a rasgarlo. En un momento, el envoltorio cayó al suelo y tuve una caja marrón en el regazo. Despegué con un dedo el papel celo que sujetaba la tapa, y la caja se abrió.
Y yo me quedé atónita.
—¿Qué…? No. Oh… ¡no deberías haber hecho esto! No, no es posible. ¡Oh, Dios mío!
Me había comprado la cámara que yo le había enseñado en la tienda del señor Cullen. Una cámara de cinco mil dólares que yo llevaba deseando durante años. Peter me había regalado un sueño.
—Eh… no llores —me dijo.
Me secó una lágrima que se me caía por la mejilla, pero no pudo hacer nada más, porque yo lo abracé con todas mis fuerzas.
—Te quiero —dije.
Los dos nos quedamos helados, mejilla con mejilla, y la caja de la cámara entre nosotros. No era mi intención decirlo, o al menos, no de ese modo. Yo quería decirle que lo quería por haberme regalado la
cámara,  del  mismo  modo  que  adoras  el  helado  de  vainilla,  o  las  películas  de  miedo.  No  quererlo  del modo en que se quiere a una persona.
—Yo también te quiero —me dijo él en voz baja, al oído, así que no hubo manera de fingir que no lo había oído.
Me aparté de él.
—Peter…
—Lali —dijo él, con una sonrisa lenta, relajada.
—Gracias por la cámara. Es… increíble. Es demasiado.
—No es demasiado.
—Es muy cara —dije yo—. No me esperaba algo así.
—Claro —dijo Peter—. Ese es el motivo por el que te la compré.
Yo le puse la mano en la mejilla.
—Gracias.
—De nada.
Con entusiasmo, como un niño, se inclinó para mostrarme las otras cosas que había en la caja. Una bolsa para la cámara y una correa para llevarla al cuello. Paños para la limpieza de las lentes.
—Peter —le dije en tono serio,  para  que  me  mirara—.  Hay  algunas  cosas  de  las  que  quiero  hablar contigo.

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Hola chicas soy Cielo de http://casijuegosca.blogspot.com.ar Espero que les guste la novela! :D 

6 comentarios:

  1. Naaaa me mueroooo

    Maaasss ❤️❤️❤️

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  2. Hola nena :) estoy de mi chelu así que puede ser que escriba cualquier cosa jajaja que hdp lali después que le regala la cámara ella piensa en decirle que lo vio?? En serio?? Aprovechadora.
    Ei como estas de tus abdominales poco desarrollados?? Xq los mío están grandes y no duelen jajajaja acá va tú humillación que pediste que no haga jajaja.
    LECTORES DE LOS BLOGS DE CIELO: el miércoles fuimos al gimnasio hicimos como 100 abdominales o quizás un poco más y ahora está dura que no se puede nover ES UNA FLOJITA jajajajajajaja.
    de pasó gracias x contestarme en tú otro blog como te pedí :) que amor y así te pago jajajaja recorda que mañana ... va hoy viernes jajaja tenemos que ir otra vez eh preparate :)
    Nena te quiero y no me odies jajaja contéstame :) te quiero nos vemos en unas horas tipo 2 voy, nos metemos a la pileta y despues a las 5 vamos al gim. Que lindo es no tener a Dafne x acá y ningún Gaston hincha pelotas :) jajajajaja te quiero te quiero besos
    FIRMA:Por Siempre Túyo, Ramon
    PD: así firmaban las cartas en una película o libro no lo recuerdo chau

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    1. Ramon TE VOY A MATAR -.-
      primero: ella no se esta aprovechando, tiene que decirle ok?
      segundo: TE VOY A HACER UN AGUJERO EN EL CUL* -.- que te dije? y vienes y me dejas de cara pendejo -.- PARA TU INFORMACIÓN mis abdominales estan bien :) me cuesta moverme pero ya estoy bien ¬¬ y no soy ninguna flojita -.-
      Yo te contesto re amor y vos me cagas, ya vas a ver eh ya vas a ver :P NOO SE SI VOOY DE NUEVO es que me duele todo -.- SHHH callate y no me digas flojita o ya vas a ver jajajaja
      pensas que vivo al pedo yo? todo el dia en mi casa vos -.- deja de comer o vas a venir redondo :P jajjaja no le digas asi a Gaston ¬¬ ya va a volver Daf y te va a hacer cagar la negra! y Gaston si ve esto,,, agarrate jajaja yo tambien te quiero cagador de blogs!
      jajajajajaja
      mmm la unica que vi que firmaban era Posdate: te amo peeero es una fea pelicula no me gusta muy romantica para mi :P mmm otra que firme así no recuerdo peero en un libro lo vi me parece este Ramon lector me sorprende jajajaja de paaaso deja de robarme mi carpeta de libros en la compu -.- maldito tramposo tenes que descargarlos vos jajajajaj oie te quiero me voy a escribir hasta que vengas chau :D
      Firma: Cielo que te odia :)

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  3. :o
    MMMASSSS
    van a hablar de "eso"
    mmassssssssssssssssss que tierno peter le regalo su camara :3
    mmasss


    Subi: http://mimundolaliter-adaptaciones.blogspot.com/2014/01/capitulo15.html

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  4. Y llegó el momento d la preguntita ,eso si Lali se atreve.

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  5. Amigaaaa me encanta!! Ya era hora, tiene que decirle a Peteeeeer por favor!!!!
    En cuanto al comentario de Ramon, tenfo que decir algo: JAJAJAJAJAJAJAJ asi que estas flojita no? Ajajajaja como me divierto con ese chicooo! Perdoname que te pregunte, pero sigue con esa chica? Con el "Gaston hincha pelotas" dejo claro que esta celoso de el, ya ni si quiera lo disimula jajajajaja y me mato el "siempre tuyo"
    Bueno amiga quero mas si?? Porque sino me vas a mataaaarr!! Besos besos
    Te quieroo
    Novesdepeterylali.blogspot.com

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Amor y Paz :D
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