Capitulo 33
—Entonces, ¿no
se lo dijiste?
—me preguntó Sarah,
que estaba sujetando
varios clavos entre
los labios. Estaba en lo alto de la escalera, con un martillo y una
pistola de clavos. Yo ya había dejado de preocuparme por lo que podía pasar si
se caía.
—No —dije.
Estaba más preocupada por
lo que podía pasar si se le caía algo, porque me daría en la cabeza.
Sarah disparó
otro clavo en el listón
de madera y
clavó otro centímetro
de tela. Yo
sujetaba la escalera mientras
ella plegaba la tela y añadía otro clavo. Me miró desde arriba.
—Peter te dijo que no iba a
mentirte.
—Todo el mundo dice que no
miente —repliqué yo—. Y ese no es el problema, porque yo creo lo que me dice.
Lo que ocurre es que no quiero saber la verdad.
Sarah bajó de la escalera y
la movimos medio metro más allá.
—Pero si ya la sabes.
—Sí, ya lo sé.
Ella claveteó unos cuantos
pliegues más, en silencio. Me causó curiosidad, porque me había esperado una
conversación mucho más larga sobre aquello.
Bajó de la escalera, la
movimos, volvió a subir. Trabajamos durante unos minutos sin hablar, pero la siguiente
vez que bajó, se apoyó en la escalera.
—Te gusta mucho, ¿eh?
—Sí. ¿Quieres tomar algo?
Ella asintió, y fuimos a
buscar un refresco a la pequeña nevera de mi estudio. Entonces, ella movió la lata
entre las manos y me miró.
—Bueno, y
si ya lo
sabes, ¿por qué
no se lo
preguntas? ¿No te
molesta saber que
se ha tirado
a
Pablo?
Me encogí de hombros.
—Estoy más molesta con
Pablo por haber hecho eso. Yo no era virgen cuando conocí a Peter, Sarah.
Sé que él ha tenido
amantes, pero yo también.
Ella soltó un resoplido.
—No creo
que yo pudiera
soportarlo. ¿Salir con alguien que
se ha tirado
a alguien a
quien me he tirado yo? Tengo una mente abierta, pero
no tanto.
—Míralo desde esta
perspectiva: no creo que vuelva a suceder.
—¿No?
—De lo contrario, Pablo no
estaría tan celoso.
—Eso es cierto.
Las dos
terminamos el refresco
y tiramos la lata a
la basura. Miré
a mí alrededor mientras
Sarah subía a la escalera. El estudio estaba tomando forma de verdad.
—Voy a hacer un par de
fotografías. Quiero documentar bien el proceso —dije, mientras tomaba mi cámara.
Sarah posó.
—La, la, la.
Yo todavía no había borrado
las fotografías de la última vez que había usado la cámara, y cuando la encendí,
la última de ellas apareció en la pantalla. Éramos Peter y yo algo borrosos,
besándonos, en un ángulo extraño. Podríamos haber sido cualquiera.
La estudié.
—¿Crees que me equivoco por
querer que esto funcione?
Sarah bajó de la escalera y
me dio uno de sus maravillosos abrazos.
—No, cariñito. Claro que
no.
—Porque… lo deseo de
verdad.
Ella me estrujó.
—Entonces, deberías decirle
que lo sabes. Si no lo haces, te va a reconcomer por dentro. Te vas a preocupar
siempre.
Yo suspiré.
—Sí, ya lo sé.
Sarah sonrió.
—Por si
te facilita las
cosas, creo que
yo estoy enamorada
de un tío
que se acuesta
con tías por dinero.
—¿Cómo? ¡Ni siquiera sabía
que estabas saliendo con alguien!
—¿Lo ves? —dijo ella—. Todo
el mundo tiene problemas.
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Normalmente, no me
importaba hacer el último turno en Foto Folks. El centro comercial cerraba a
las
nueve, y
nosotros dejábamos de dar cita
a las ocho
para asegurarnos de
terminar a esa
hora. Por las noches acudía más gente a la tienda, lo
cual significaba que todos ganábamos más dinero.
Aquella noche,
sin embargo, yo
estaba inquieta. No
había visto a Peter desde
la noche anterior;
él había dormido en su futón, en el apartamento de abajo, porque tenía
que levantarse muy temprano para una reunión y no quería despertarme. Mi cama
se había quedado muy vacía sin él, y yo no había dormido bien de todos modos.
Me despertó una llamada de
mi madre, la llamada de mi cumpleaños. Sarah ya me había enviado una tarjeta de
regalo con crédito
para iTunes. Mis
hermanos y mi
padre me habían
mandado tarjetas por correo, y yo sabía que mi madre también
me felicitaría.
Me pregunté qué habría
planeado Peter.
Sin embargo,
antes de poder
averiguarlo tenía que
pasar una hora
más de maquillaje
exagerado y dedos bajo la
barbilla. Boas de plumas. Me pregunté si era posible morir de un exceso de
tiaras.
Por fin terminé, y gané
buenas propinas. Fui rápidamente a casa y, cuando llegué, olí la cena desde las
escaleras de abajo.
—Estás muy guapo en mi
cocina —dije, mientras colgaba el abrigo y el gorro en el perchero de la entrada,
al ver a Peter. Llevaba el delantal de la señora desnuda, pero él no estaba
desnudo debajo. Una pena.
—Feliz cumpleaños.
—Ummm… Besos de cumpleaños,
los mejores.
Nos besamos con ñoñería,
como la pareja que yo siempre había querido ser.
—¿Y los azotitos de
cumpleaños? —me preguntó él, estrujándome el trasero.
—¿Para ti o para mí?
Él se echó a reír.
—Elige tú. Es tu
cumpleaños.
—Lo pensaré —dije yo, con
una sonrisa de picardía, y dejé que me frotara un poco más.
—A propósito, has recibido
algunos paquetes. Los he puesto en la butaca.
—¡Oohhh, regalos! —exclamé.
Encontré las cajas. Había
un paquete de Amazon y otra caja mucho más pequeña, con la dirección de mi
madre en el remite.
Abrí el paquete más grande
mientras Peter me miraba, y saqué tres libros de tapa dura. Al principio no me
di cuenta de lo que eran, pero cuando leí los títulos, volví a meterlos en la
caja y cerré la tapa.
—Son de Pablo —dije—. La Guía
del autoestopista galáctico y las secuelas.
Peter miró la caja.
—Buenos libros.
—Está intentando hacerme la
pelota. Además —dije con mala intención—, yo ya tengo estos libros, pero están
en su casa.
Así que, en
realidad, me está
regalando algo que
ya tengo porque
no me ha devuelto los míos. Me manda un regalo que
yo le hice, pero no me devuelve algo que me pertenece.
Mis palabras tenían tanto
ácido que podían haber quemado el suelo. Peter empujó la caja con un pie.
Yo fruncí el ceño.
—Abre el otro regalo.
La caja de mi madre
contenía un collar de plata. Era bonito; una estrella de David con un corazón
en el centro. Me lo coloqué junto a la garganta y pensé en si quería llevarlo
puesto.
—¿Puedes ayudarme con el
cierre?
—Claro —dijo Peter.
Se puso detrás de mí y me
levantó el pelo de la nuca para poder abrocharme la cadena. El colgante quedó
justo en el hueco de mi garganta. Yo lo acaricié.
—¿Qué tal me queda?
—Precioso.
Entonces, lo miré.
—Bueno… ¿Y hay algo más que
tenga que abrir?
—Ah, mi pequeña avariciosa.
—Esa soy yo —dije. No tenía
sentido negarlo. Aquel que diga que no le gustan los regalos miente.
—Primero, vamos a cenar —me
dijo él—. Después, los regalos.
Yo hice
una mueca, pero
la cena olía
demasiado bien como
para resistirse. Peter había
preparado lasaña, ensalada y pan de ajo. Había puesto la mesa con un
bonito mantel, flores y velas.
Hablamos y comimos, y nos
reímos. Tomamos tarta de chocolate. Seguimos charlando y riéndonos sin que se
nos terminaran las cosas que decir.
A Peter le brillaban los
ojos a la luz de las velas.
—Tienes una sonrisa
maravillosa.
—Todo dientes
—dije yo, pasándome
la lengua por
la dentadura—. Tuve
aparato durante mucho tiempo.
—Seguro que estabas muy
mona.
—Pfff. ¿Y tú? ¿Cómo eras tú
de pequeño?
No perdió la sonrisa, pero
su mirada se ensombreció ligeramente.
—De niño era idiota.
—Seguro que no.
Peter se encogió de hombros
y comenzó a recoger los platos. Yo no insistí, porque él ya había evitado el
tema de su familia en alguna ocasión. Ya tendría tiempo de preguntárselo más
adelante.
Entre los dos recogimos la
mesa y pusimos el lavaplatos. Después, me preguntó:
—¿Estás lista para tu
regalo?
—¿No era la cena? —le
pregunté, mordisqueándole la barbilla.
—No.
—Estás sonriendo como un
bobo, Peter.
Su sonrisa se hizo incluso
mayor.
—Ven a sentarte.
Me llevó hasta el sofá e hizo
que me sentara.
—Cierra los ojos.
—Eso significa que es bueno
—dije yo. Di unas palmaditas y cerré los ojos. Yo también estaba sonriendo.
Entonces, él susurró:
—Ya puedes abrirlos.
El paquete estaba envuelto
con un papel y un lazo, a la manera de un profesional.
—¿Lo has envuelto tú?
—Sí.
—¿Es que no hay nada que no
hagas bien? —le pregunté, mientras acariciaba el envoltorio.
—Vamos, ábrelo.
Empecé a aflojar el papel,
porque no quería romperlo, pero Peter me tomó los dedos para obligarme a
rasgarlo. En un momento, el envoltorio cayó al suelo y tuve una caja marrón en
el regazo. Despegué con un dedo el papel celo que sujetaba la tapa, y la caja
se abrió.
Y yo me quedé atónita.
—¿Qué…? No. Oh… ¡no
deberías haber hecho esto! No, no es posible. ¡Oh, Dios mío!
Me había comprado la cámara
que yo le había enseñado en la tienda del señor Cullen. Una cámara de cinco mil
dólares que yo llevaba deseando durante años. Peter me había regalado un sueño.
—Eh… no llores —me dijo.
Me secó una lágrima que se
me caía por la mejilla, pero no pudo hacer nada más, porque yo lo abracé con
todas mis fuerzas.
—Te quiero —dije.
Los dos nos quedamos
helados, mejilla con mejilla, y la caja de la cámara entre nosotros. No era mi intención
decirlo, o al menos, no de ese modo. Yo quería decirle que lo quería por
haberme regalado la
cámara, del
mismo modo que
adoras el helado
de vainilla, o
las películas de
miedo. No quererlo
del modo en que se quiere a una persona.
—Yo también te quiero —me
dijo él en voz baja, al oído, así que no hubo manera de fingir que no lo había
oído.
Me aparté de él.
—Peter…
—Lali —dijo él, con una
sonrisa lenta, relajada.
—Gracias por la cámara. Es…
increíble. Es demasiado.
—No es demasiado.
—Es muy cara —dije yo—. No
me esperaba algo así.
—Claro —dijo Peter—. Ese es
el motivo por el que te la compré.
Yo le puse la mano en la
mejilla.
—Gracias.
—De nada.
Con entusiasmo, como un
niño, se inclinó para mostrarme las otras cosas que había en la caja. Una bolsa
para la cámara y una correa para llevarla al cuello. Paños para la limpieza de
las lentes.
—Peter —le dije en tono
serio, para que
me mirara—. Hay
algunas cosas de
las que quiero
hablar contigo.
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Hola chicas soy Cielo de http://casijuegosca.blogspot.com.ar Espero que les guste la novela! :D
Naaaa me mueroooo
ResponderBorrarMaaasss ❤️❤️❤️
Hola nena :) estoy de mi chelu así que puede ser que escriba cualquier cosa jajaja que hdp lali después que le regala la cámara ella piensa en decirle que lo vio?? En serio?? Aprovechadora.
ResponderBorrarEi como estas de tus abdominales poco desarrollados?? Xq los mío están grandes y no duelen jajajaja acá va tú humillación que pediste que no haga jajaja.
LECTORES DE LOS BLOGS DE CIELO: el miércoles fuimos al gimnasio hicimos como 100 abdominales o quizás un poco más y ahora está dura que no se puede nover ES UNA FLOJITA jajajajajajaja.
de pasó gracias x contestarme en tú otro blog como te pedí :) que amor y así te pago jajajaja recorda que mañana ... va hoy viernes jajaja tenemos que ir otra vez eh preparate :)
Nena te quiero y no me odies jajaja contéstame :) te quiero nos vemos en unas horas tipo 2 voy, nos metemos a la pileta y despues a las 5 vamos al gim. Que lindo es no tener a Dafne x acá y ningún Gaston hincha pelotas :) jajajajaja te quiero te quiero besos
FIRMA:Por Siempre Túyo, Ramon
PD: así firmaban las cartas en una película o libro no lo recuerdo chau
Ramon TE VOY A MATAR -.-
Borrarprimero: ella no se esta aprovechando, tiene que decirle ok?
segundo: TE VOY A HACER UN AGUJERO EN EL CUL* -.- que te dije? y vienes y me dejas de cara pendejo -.- PARA TU INFORMACIÓN mis abdominales estan bien :) me cuesta moverme pero ya estoy bien ¬¬ y no soy ninguna flojita -.-
Yo te contesto re amor y vos me cagas, ya vas a ver eh ya vas a ver :P NOO SE SI VOOY DE NUEVO es que me duele todo -.- SHHH callate y no me digas flojita o ya vas a ver jajajaja
pensas que vivo al pedo yo? todo el dia en mi casa vos -.- deja de comer o vas a venir redondo :P jajjaja no le digas asi a Gaston ¬¬ ya va a volver Daf y te va a hacer cagar la negra! y Gaston si ve esto,,, agarrate jajaja yo tambien te quiero cagador de blogs!
jajajajajaja
mmm la unica que vi que firmaban era Posdate: te amo peeero es una fea pelicula no me gusta muy romantica para mi :P mmm otra que firme así no recuerdo peero en un libro lo vi me parece este Ramon lector me sorprende jajajaja de paaaso deja de robarme mi carpeta de libros en la compu -.- maldito tramposo tenes que descargarlos vos jajajajaj oie te quiero me voy a escribir hasta que vengas chau :D
Firma: Cielo que te odia :)
:o
ResponderBorrarMMMASSSS
van a hablar de "eso"
mmassssssssssssssssss que tierno peter le regalo su camara :3
mmasss
Subi: http://mimundolaliter-adaptaciones.blogspot.com/2014/01/capitulo15.html
Y llegó el momento d la preguntita ,eso si Lali se atreve.
ResponderBorrarAmigaaaa me encanta!! Ya era hora, tiene que decirle a Peteeeeer por favor!!!!
ResponderBorrarEn cuanto al comentario de Ramon, tenfo que decir algo: JAJAJAJAJAJAJAJ asi que estas flojita no? Ajajajaja como me divierto con ese chicooo! Perdoname que te pregunte, pero sigue con esa chica? Con el "Gaston hincha pelotas" dejo claro que esta celoso de el, ya ni si quiera lo disimula jajajajaja y me mato el "siempre tuyo"
Bueno amiga quero mas si?? Porque sino me vas a mataaaarr!! Besos besos
Te quieroo
Novesdepeterylali.blogspot.com