martes, 5 de noviembre de 2013

Capítulo 14

Novela: "Al desnudo"
Capitulo 14
La conversación continuó, pero no estoy segura de lo que hablamos. Yo no volví a mirar a Sean. No era necesario; sabía muy bien que estaba allí.
Después de cenar abrimos los regalos y tomamos más vino. Yo mantuve la copa llena, pero fingí que bebía. El alcohol nunca es buen compañero de la tristeza, y menos en Nochevieja en casa de un ex amante.
La regla era que los regalos debían ser pequeños. Algo hecho a mano, o que no fuera caro, y todo el mundo debía llevar un extra para meterlo en una bolsa, al estilo amigo invisible. Yo saqué un par de guantes suaves para conducir, compensación más que justa por la tarjeta de regalo de gasolina que había metido en la bolsa. También hubo regalos personales, obviamente, y lo mejor de todo fue ver las caras de
Teddy y de Pablo cuando abrieron el regalo que yo les había llevado.
—La, es… maravillosa —dijo Teddy, acariciando el marco de caoba—. Preciosa, de verdad.
— ¿Cuándo la hiciste? —preguntó Pablo suavemente.
—En verano.
Habíamos ido al parque, a merendar y a escuchar la actuación de una banda de música que tocaba a orillas del río. Yo los había fotografiado mientras estaban sentados, con el río de fondo, mirándose, a punto de besarse.
Ellos no se habían dado cuenta en aquel momento, y yo, protegida detrás de mí cámara, me había convencido de que no me sentía como un candelabro. Sin embargo, en aquel momento recordé perfectamente que así era como me había sentido. A mi lado, Sean se movió hasta que su muslo volvió a tocar el mío. Me di cuenta de que posaba el brazo en el respaldo del sofá, detrás de mí, y al notar su calor, se me puso el vello de punta.
Peter me estaba mirando.
Yo me concentré en Pablo.
—Espero que les guste.
—Me encanta —dijo él—. Mira, Teddy, vamos a ponerla ahí.
Mientras ellos hablaban del lugar perfecto para colgar la fotografía, Sean me rozó la nuca con los dedos. Me estremecí. Entonces, él se inclinó y me preguntó al oído:
— ¿Tienes frío?
Yo me giré ligeramente hacia el lado opuesto a él.
—Un poco.
—A lo mejor necesitas un jersey, o algo así.
Mientras se abrían los demás regalos, entre risas, Pablo no nos estaba mirando. En el pasado, muchas veces, todo desaparecía a mi alrededor, salvo el sonido de su voz o la imagen de su cara. Casi la misma voz que me estaba murmurando al oído en aquel momento. Casi los mismos ojos que me estaban mirando.
Hubo un instante en el que todo podría haber sido distinto. Si Sean no se hubiera movido de nuevo para rozarme el muslo con el suyo, de una forma mucho más sexual de lo que nunca había hecho Pablo, o si yo hubiera ido a la cena con un acompañante, o si no hubiera sido Nochevieja y yo todavía no estuviera enamorada de un hombre del que nunca debía haber estado enamorada.
—En realidad, creo que voy a buscar algo de beber —dije.
— ¿Quieres que te acompañe? —me preguntó Sean, con una sonrisa irónica que me habría dejado embobada si no hubiera sido tan idéntica a la de su hermano.
—No, ahora mismo vuelvo —dije, y mi sonrisa forzada y tirante debió de desanimarlo, porque conseguí escapar a la cocina sin que me siguiera.
Lo cierto era que no quería tomar nada. Necesitaba respirar aire fresco para despejarme. No iba a volver a hundirme en la tristeza, ni aquella noche, ni nunca más. Estaba bien.
Estuve bien hasta que me puse el abrigo y encontré un pequeño paquetito en mi bolsillo. Quería dárselo a Pablo cuando estuviéramos solos, no delante de todo el mundo. Le había comprado un botón con un cuchillo de su serie de dibujos animados favorita, Kawaii Not. A mí me había contagiado el gusto por el sentido del humor retorcido de aquella serie, y era algo que nosotros compartíamos, pero que él no compartía con nadie más. Había envuelto el botón en un papel liso, y había escrito su nombre en el paquetito. Quería asegurarme de que él supiera que el regalo era algo despreocupado. Que se me había ocurrido a última hora. Que no tenía importancia.
Sin embargo, al palparlo en el bolsillo, supe que yo era la única que podía haber pensado que era importante o que tenía algún significado.
Cuando salí al porche por la puerta trasera estaba llorando. Tenía la visión borrosa. Se me helaron las lágrimas en las mejillas. Me tropecé, y tomé aire de repente; el aire helado me quemó los pulmones.
Atravesé el jardín, pasé por delante del garaje de la casa y estallé en sollozos. Me detuve y apoyé una mano en la pared de madera para poder enjugarme las lágrimas de los ojos.
— ¡Mierda! —exclamé al ver que no estaba sola—. ¿De dónde has salido?
Peter estaba allí, bajo el alero del garaje, arrebujado en su chaqueta marinera. También estaba apoyado en la pared, pero en aquel momento se irguió. En una mano tenía un cigarrillo sin encender.
—He salido de la casa, por la puerta principal, y la he rodeado hasta que he llegado aquí —respondió él—. Lali, ¿estás bien?
— ¿A ti te parece que estoy bien? —Pregunté, sin poder controlar los sollozos—. ¡No! ¡No estoy bien!
Me tapé la cara y lloré contra los guantes. Entonces noté una mano firme en mi hombro, y un pecho más firme todavía contra mi mejilla. No me había dado cuenta de que Peter era tan alto hasta que sentí su mentón en mi coronilla. Su abrigo olía bien. Me acarició la espalda con la mano que no sujetaba el cigarrillo. Cuando, por fin, me separé de él, había dejado de sollozar, pero no me sentía mejor.
—No sé por qué dicen que esta es la mejor época del año —dijo Peter, y se puso el cigarro entre los labios—. Las fiestas de Navidad y Nochevieja son una mierda.
Yo me metí las manos en los bolsillos.
—Sí.
Él asintió. Eso era todo. Ninguna explicación. Ningún consuelo más.
Yo lo miré. A la luz de la farola de la calle, sus ojos parecían más oscuros y su piel más pálida. Vi que se quitaba el cigarro de la boca y respiraba profundamente.
— ¿Vas a fumártelo, o no?
—No —dijo él—. Dejé de fumar.
—Entonces, ¿qué estás haciendo aquí fuera? —Pregunté, mientras me castañeteaban los dientes—.
Hace un frío espantoso.
—Ah… Son las viejas costumbres. Cuando fumas, sabes que siempre tienes una excusa para salir de un sitio si quieres hacerlo.
—Lo tendré en cuenta —dije yo, y me froté la cara, no solo para secarme las lágrimas, sino para conseguir que me circulara algo de calor por la piel—. Debería haber salido con ese chico que conocí en la cafetería. Quería llevarme a una fiesta en el Hotel Hershey. Cena y baile. Habría podido comer muchos bombones, y tendría a alguien para besarme a medianoche. ¿Sabes cuántos años hace desde que no he salido con nadie para poder besarlo cuando dan las doce campanadas en Nochevieja?
—No pueden ser tantos.
Me reí suavemente.
—Demasiados. ¡Y no porque no haya tenido ofertas!
—Eso ya lo sé.
Todo aquello era surrealista. Aquella noche y aquella conversación. Peter se puso de nuevo el cigarrillo entre los labios, y dejó que le colgara de la comisura.
—No tenía ningún vestido de fiesta, y por eso no fui.
Peter me miró con una vaga sonrisa, debido a mis balbuceos.
—Vamos, adelante. Pregúntame por qué he venido aquí, en vez de ir a la fiesta del Hotel Hershey.
—Oh, eso ya lo sé —dijo Peter.
A mí se me hundieron los hombros.
— ¿Lo sabes?
—Quieres a Pablo.
Si había algo que podía haberme hecho llorar más aquella noche, eran aquellas tres palabras. Sin embargo, tal vez ya hubiera derramado todas las lágrimas. Lo único que pude hacer fue agitar la cabeza y exhalar un suspiro helado.
Se oyeron fuegos artificiales al final de la calle. La campana de la iglesia. A mí se me formó un nudo en la garganta.
—Mierda —susurré—. Es medianoche.
—Feliz Año Nuevo —dijo Peter.
Entonces, tiró el cigarro al suelo, me tomó entre sus brazos y me besó.

Continuará...
__________________________________
Hola chicas soy Cielo de http://casijuegosca.blogspot.com.ar Espero que les guste la novela! :D 
A PARTIR DE ESTE CAPITULO ME AMARAN :)

NARA: Prometo pronto darte lo que pides jaajja puedes verlo aquí las cosas comienzan a ponerse interesantes 

9 comentarios:

  1. ayyyyyyyyy subi massss porfissssssssssss me muero la besoooooooooooo

    ResponderBorrar
  2. Solo quiero decirte, que quiero ROCK!!!!! Y mas vale que ese beso alla sido en la boca, y no, en la mejilla, o la frente, o cabeza, o brazo o alguna otra parte del cuerpo (uy, eso sono mal (? Jajajajajaja) besooooo, Cielito, tenemos michas cosas de que hablar, yyyyyy haceme un favoy y cambia las letras que tenes para comentar en tu blog, que desde la compu no entiendo nada -.- jajajajaj chauuuu besos, te quieroooo...

    @AnglesCasi - abetterworldlaliter.blogspot.com.

    PD: han estado ojeando nuestras conversaciones (? Jajajajajaja XD lo saben todo tus lectoras -.- jajajajaja mira los comentarios que me dejaron :/ aajajajajaja chau cieloooo!.

    ResponderBorrar
  3. Pablo y Peter ,K dilema Lali ,quizás es k le dan a los dos palos,quien sabe si no tu ,Cielo!!!!.
    Algo hay en Peter, k me confunde ,jajajajaa.

    ResponderBorrar
  4. Si si si....
    Maaaaaaaaaaaaas....
    Angy... =)

    ResponderBorrar
  5. Cielito soy Mariaaaaa, tengo que decirte que me encanto el cap!!!! Pero tengo duda, cuando dijiste: dijo Pablo, te confundiste con Peter no? O esque aparecio Pablo? No entendi eso:/ y menos que Peter la besara, osea es el gay se supone, la besa para hacerla sentir mejor? Me hice un lio jajajaja besos amiiii espero tu respuesta porque me encanta esta nove!

    ResponderBorrar
  6. Ah me encanto ese final! Acción acción! Ahora quiero más acción! Jajajaja bueno ahora voy a estar mas Tranqui :p Gracias por subir!! besos Naara

    ResponderBorrar
  7. más más más maratón!!!

    ResponderBorrar
  8. Solo una corrección: donde dice "—Vamos, adelante. Pregúntame por qué he venido aquí, en vez de ir a la fiesta del Hotel Hershey.
    —Oh, eso ya lo sé —dijo Pablo.
    A mí se me hundieron los hombros." en vez de Pablo, no sería Peter?? Vas genial. besos @lovechelapityla

    ResponderBorrar

Amor y Paz :D
Si te gusta comenta y sino tambien :D