miércoles, 30 de octubre de 2013

Capítulo 10

Novela: "Al desnudo"
Capitulo 10
—Hace muchísimo que no nos vemos  —dijo Pablo, con cara de pocos amigos—. Nunca me devuelves las llamadas, y te he enviado cientos de mensajes por Connex, y también me has ignorado ahí.
Yo  jugueteé  con  la  cámara  e  hice  algunas  fotografías  a  nada  en  particular,  para  asegurarme  de  que estuviera bien ajustada.
—He  estado  muy  ocupada  trabajando.  Ni  siquiera  he  entrado  en  Connex  últimamente.  ¿Qué  querías decirme?
—Te  he  invitado  a  nuestra  fiesta  de Año  Nuevo. A  Teddy  le  parece  que  estoy  loco  por  hacer  otra fiesta tan pronto después de la anterior. Pero, ¿qué puedo decir? Me gustan las fiestas. Además, no quiero salir  esa  noche,  y  nadie  nos  ha  invitado  a  nada  —dijo  Pablo,  y  se  encogió  de  hombros—.  Tú  vienes, claro.
—¿Y si tengo planes? Gírate un poco hacia la izquierda, y sube la taza. Vamos, Pablo, que parezca que estás disfrutando —dije, mirándolo a través de la lente, para encuadrar la imagen que se suponía que iban  a  usar  para  el  anuncio  de  un  café  del  pueblo—.  Te  he  visto  más  entusiasmado  mientras  veías reposiciones de Lawrence Welk.
—¿Qué quieres que haga, que parezca que quiero tirarme a la taza? —preguntó Pablo y, el con ceño fruncido, esbozó una sonrisa forzada—. ¿Te parece mejor así, eh, Olivia? Oooh, café, cómo me pones…
Yo hice un par de fotos solo para poder molestarlo más tarde, cuando viera lo ridículo que estaba.
—Deja de hacer el tonto. Necesito esto para mañana.
—No  hay  nada  como  ir  con  retraso  en  una  entrega  —dijo  Pablo,  y  lamió  la  taza  con  sus  bonitos labios.
Yo le hice otra foto, y pensé en que aquella iba a enmarcarla para regalársela.
—Es un trabajo que me han encargado en el último momento, y no puedo permitirme rechazarlo.
Entonces, él me miró y se decidió a colaborar.
—¿Te parece mejor así?
—Un poco menos estreñido, pero sí. Está bien —dije.
Por fin había conseguido algo que podría valer. No era arte, pero tendría que bastar. Pablo dejó la taza en la mesa mientras yo pasaba las fotos al ordenador.
—Vas a venir, ¿no? Y a la cena del viernes. No has vuelto a casa desde la fiesta —dijo, y hojeó el álbum en el que yo había reunido mis mejores fotografías para mostrárselas a posibles clientes—. Oh, me gusta mucho esta. ¿Por qué no haces más de estas, La? Son buenísimas.
Yo miré la fotografía. Era un desnudo que había hecho en un taller de fotografía al que había asistido hacía un año.
—Porque no soy fotógrafa erótica, y no me sirven de mucho los desnudos.
—Es muy guapa.
—Sí, claro. Es modelo.
Él siguió mirando las páginas.
—Está también me gusta mucho.
Era  un  paisaje.  Nada  especial.  Podía  añadírsele  texto,  y  tenía  las  dimensiones  más  adecuadas  para ser usada en folletos o en páginas web. Me encogí de hombros.
—No aceptas demasiado bien los cumplidos.


Yo me reí.
—Quiero ganarme la vida haciendo esto, Pablo.  No  tengo  planes  de  convertirme  en  una  artista famosa. El trabajo es bueno, sí, lo entiendo. Pero no voy a poner una tienda para vender mis fotos.
—Podrías hacer una exposición en una galería. Tu obra es muy buena, tan buena como algunas de las cosas que he visto en el centro de la ciudad. Ya sabes que conozco al amigo de un amigo que…
—No —dije con firmeza—. Pablo, te quiero, pero no voy a hacer ninguna exposición. Además, yo también conozco a gente. Si quisiera, podría conseguir algo.
—Entonces,  ¿por  qué  no  lo  haces?  —me  preguntó,  y  se  apoyó  contra  una  cómoda  que  yo  había rescatado de un callejón.
Pensé  en  advertirle  que  iba  a  mancharse  los  pantalones  vaqueros  de  diseño  si  los  frotaba  contra  la madera vieja, pero me callé. Por muy maniático que fuera Pablo, a veces le gustaba fingir que no lo era, sobre  todo  cuando  estábamos  solos  y  nos  comportábamos  como  cuando  éramos  pareja.  Cuando  se comportaba del modo que a él le parecía más masculino.
—Porque no quiero —dije.
—De todos modos deberías hacerlo.
Entonces, me volví hacia él y lo miré fijamente.
—¿Sabes? Ya puedes marcharte.
Pablo, mi novio, nunca me habría mostrado el dedo corazón estirado hacia arriba.
—Eso no es propio de ti.
Él soltó un resoplido y se puso en pie.
—Vas a venir a cenar.
Los dos últimos viernes los había pasado viendo películas con Peter.
—Tal vez tenga otros planes.
—¿Qué  vas  a  hacer  el  viernes  por  la  noche,  que  pueda  ser  mejor  que  comer,  beber  y  jugar  en  mi casa? —preguntó él, e hizo una pausa—. ¿Tienes una cita?
—No,  pero,  seguramente,  mi  inquilino  y  yo  vamos  a  ver  toda  la  serie  de Orgullo y prejuicio   de  la BBC. La versión de Colin Firth.
Pablo soltó un jadeo y dio un paso atrás.
—¿Cómo? ¿Tú… con él? Pero…
Se quedó tan horrorizado y tan dolido que yo no debí reírme, pero lo hice.
—Él no la ha visto.
—¡La!
—¡Pablo! —exclamé yo, burlonamente.
Él agitó la cabeza, frunció el ceño y clavó sus ojos azules en mí.
—Sabía que no iba a ser bueno que le alquilaras el apartamento.
—¿Qué tiene de malo?
Peter se había portado estupendamente. Había sacado la basura varias veces, me había hecho la cena dos  noches  la  semana  anterior,  y  había  ido  a  mi  apartamento  a  ver  películas  antiguas  conmigo.  Tenía mucho  sentido  del  humor  y  no  ponía  la  música  demasiado  alta.  Además  le  gustaba  hacer  yoga,  y  sin camiseta,  lo  cual  era  un  plus. Yo  casi  no  podía  dormir  pensando  en  él,  pero  no quería  que  Pablo  lo supiera.


Creo  que  hablaba  con  demasiada  efusividad,  que  estaba  demasiado  contenta,  pero  estaba concentrada en la pantalla del ordenador y no en su tono de voz. El silencio de Pablo me avisó de que me estaba delatando, y me volví a mirarlo.
—No seas así —le dije.
—Bueno,  es  que  no  me  has  llamado  en  una  semana  —dijo  él—.  Pensaba  que  ibas  a  venir  a  ver Supernatural en la superpantalla.
—Tengo  que  trabajar,  Pablo.  No  puedo  desatender  mis  obligaciones  —protesté  yo.  Intenté  ser dulce, pero mi tono fue de molestia. Seguramente, porque estaba bastante molesta.
Pablo  me  fulminó  con  la  mirada.  Estaba  celoso. Al  darme  cuenta,  se  me  escapó  una  carcajada  de incredulidad. ¿No había tenido celos de ninguno de los tres chicos anteriores con los que yo había salido, y tenía celos de Peter?
—Vamos, Pablo.
Nos conocíamos muy bien, así que había ciertas cosas que no necesitábamos decirnos. Él frunció el ceño y arrastró un pie por el suelo.
—Entonces, ¿vas a pasar la Navidad con él?
—¿En vez de pasarla contigo?
Él se cruzó de brazos con una expresión agria.
—Tengo  familia,  Pablo.  Mi  padre  me  ha  invitado  a  su  casa  con  Marjorie  y  él.  Y  mis  hermanos también me han invitado.
—¿Y vas a ir?
—Creo que sí. No los veo mucho.
Mis hermanos me habían invitado a pasar la última fiesta, pero yo no había ido a su casa, porque no quería  viajar  a  Wyoming  ni  a  Illinois  en  pleno  invierno. Yo  los  creí  cuando  me  dijeron  que  me  iban  a echar de menos, pero también estaba segura de que no se habían quedado destrozados. Todos habíamos crecido, y ellos tenían familia. Hijos. Nuestra familia no estaba tan unida como otras ni era tan distante como otras. Lo que teníamos funcionaba, al menos para nosotros.
—¿Y tu madre?
—Mi madre no celebra la Navidad, ¿no te acuerdas?
Él suspiró.
—No puedo creer que me vayas a dejar tirado por otro.
—Fuera —dije, y señalé hacia la puerta, pero no antes de que Pablo se acercara y me diera un beso. Yo  no  quería  sonreír  ni  reírme,  pero  no  pude  evitarlo—.  ¡Fuera!  ¡Tengo  que  trabajar!  ¿No  te  está esperando Teddy?
—Teddy siempre me está esperando.
—Y seguro que te ha preparado la cena para cuando llegues a casa. No llegues tarde. Vamos, fuera, fuera  —dije,  haciéndole  gestos  para  que  se  marchara.  Él  intentó  agarrarme  de  la  mano,  pero  no  lo consiguió.

Me gustaba así, haciendo el tonto, como cuando estábamos juntos, antes de que el sexo se interpusiera en  nuestro  camino  y  él  creyera  que  tenía  que  ser  algo  que  no  era. Ahora  era  distinto.  Los  dos  éramos distintos.  Sin  embargo,  Pablo  era  verdaderamente  distinto  con  sus  nuevos  amigos,  y  con  su  nuevo compañero. Tal vez aquel Pablo fuera el verdadero Pablo, pero su tontería también era parte de él.

Continuará...
_________________________________
Hola chicas soy Cielo de http://casijuegosca.blogspot.com.ar Espero que les guste la novela! :D 
OOHHH ESTOY FELIZ :D MAÑANAA ES MI CUMPLEE! :D 

9 comentarios:

  1. sigo esperando la acción ! Jaja besos Naara

    ResponderBorrar
  2. Me encanta esta novela :)

    ResponderBorrar
  3. Felicidades d nuevo.
    Pablito ,jajajjaja,es un caso .

    ResponderBorrar
  4. más más más más maratón!!!

    ResponderBorrar
  5. Amigaaaa cada vez me gusta mas esta novela ya lo sabes, poco a poco nos está enganchando a todos:) me encanta!!!!!! quiero maaassss y me está gustando mucho la relación que hay Laliter....

    Bueno, y en cuanto a tí, ya te lo dije todo en casijuegosca.blogspot.com asi que leelo y de nuevo te digo: FELIZ CUMPLEAÑOS AMIGA, pasalo en grande que te mereces todo lo bueno del mundo y ya hablamos si???? disfruta tus 17 pequeñuelaa!!!

    Ahhh y como me pediste te lo dediqué, aquí lo tienes: novesdepeterylali.blogspot.com

    Nos leemos, besosssss:)

    ResponderBorrar
  6. feliz cumple! Besos Naara

    ResponderBorrar
  7. FELIZ CUMPLE ! subí más

    ResponderBorrar
  8. Pabloooo tiene q dejarben paz a Lali..está celoosooo..pobree..jaja..
    Aaa casi me olvidabaaa..FELIZ CUMPLEEE GENIAAA..q lo pases increiblee..cuanto.cumples??sabes q mi amiga nació el 2 de noviembre en el.dia de los defuntos??pobree..jeje..
    @pl_mialma

    ResponderBorrar

Amor y Paz :D
Si te gusta comenta y sino tambien :D