lunes, 24 de febrero de 2014

Capítulo 52

ULTIMOS 2 CAPÍTULOS (sin contar el de hoy jajaja)
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Novela: "Al desnudo"
Capitulo 52
La mañana del lunes, el Memorial Day, amaneció soleada y cálida. Al despertarme, oí de nuevo el agua  correr  en  el  baño,  pero  en  aquella  ocasión, Peter salió  a  la  habitación  con  una  sonrisa.  Yo  me acurruqué en la cama. Nos habíamos quedado despiertos hasta muy tarde, haciendo las cosas que la gente suele hacer en las habitaciones de hotel, y haciendo algunas de aquellas cosas dos veces.
—¡Vamos, perezosa! —exclamó él, y apartó las sábanas, dejando mi cuerpo expuesto al frío del aire acondicionado.
—Cinco minutos más.
—Vamos, Lali. Nos vamos a perder la fiesta.
Aparté la almohada de mi cara y lo miré. Se había repeinado hacia atrás, se había afeitado y se había puesto colonia. Todavía tenía gotas de agua brillantes en las pestañas.
—Estás muy alegre para ser un tipo que ha dormido tan pocas horas.
Me besó, aunque yo mantuve los labios cerrados para contener mi aliento mañanero.
—Tú, por otra parte…
Le pellizqué un pezón, y se echó a reír mientras me agarraba de la muñeca.
—Ten cuidado con lo que dices.
—Amor mío, eres un ángel de la mañana.
Yo refunfuñé durante unos segundos más, y después me incorporé.
—Si me quisieras, me traerías un café de Starbucks a la cama.
Peter arqueó una ceja.
—¿De verdad?
—De verdad.
Entonces, él se inclinó hacia mí. Yo me vi reflejada en sus ojos grises.
—Vuelvo dentro de cinco minutos.
Sonreí.
—Así me gusta. Un servicio rápido.
Peter se echó a reír mientras se ponía unos vaqueros y una camiseta.
—Levanta el trasero de la cama, Lali.
Cuando él se marchó de la habitación, obedecí. Fui al baño y me di una ducha. Después me envolví en una toalla y me lavé los dientes, y, finalmente, mirándome al espejo entre una nube de vapor, tuve que admitir que estaba más nerviosa por la perspectiva de conocer a los amigos de Peter que la de conocer a su familia.
Al  salir  del  baño,  me  encontré  con  que  Peter  ya  había  vuelto,  con  un  par  de  cafés  y  un  par  de magdalenas grandes. También había sacado mi ropa y la había colocado sobre la cama; bragas, sujetador, vestido e incluso unas sandalias, que estaban en el suelo.
—¿Qué es esto? —le pregunté. Tomé el café y di un sorbito.
—Quiero que te pongas esto —dijo.
Yo observé el atuendo.
—Es un poco arreglado para una barbacoa.
—Pero estás tan buena con ese vestido…


Era un vestido de color azul claro con flores bordadas en rojo y en dorado. Tenía manga corta y me llegaba por las rodillas. Me lo había puesto muy pocas veces, pero me gustaba cómo me quedaba con el color de mi piel y mis ojos. También me gustaban las sandalias. Eran planas, de tiras. Yo había pensado en ponerme unos pantalones y una camisa.
—¿Estás seguro? —le pregunté—. No es una fiesta elegante, ¿no?
—Lo dudo, pero, ¿qué importa? Vas a estar preciosa.
—¿Es que quieres presumir de mí?
—Pues claro —respondió—. ¿Quién no iba a querer?
Me eché a reír y comencé a ponerme la ropa interior. Después me metí el cuello del vestido por la cabeza y noté que la tela suave me acariciaba la piel. Cuando giré sobre mí misma, la falda flotó en el aire.
—Maravillosa  —dijo  Peter,  como  si  estuviera  admirando  una  pintura  o  un  jarrón,  en  vez  de admirarme a mí. Lo miré fijamente, para hacerle una advertencia, pero él no se dio cuenta.
—¿Cuánto hace que no ves a tu amigo? —le pregunté, sin darle importancia, mientras pasaba al baño para maquillarme.
—Un par de años —dijo Peter. Se quitó la camiseta y sacó su camisa rosa de la maleta.
Yo lo vi a través de la puerta del baño, mientras me pintaba. Se atusó el pelo. Se puso la camisa. Se la abotonó, y después se desabrochó algunos botones. Eligió un cinturón, lo pasó por las trabillas de la cintura del pantalón y se abrochó la hebilla. Se metió la camisa por el pantalón.
Me dio la impresión de que él también estaba más nervioso por ir a ver a sus amigos que a su familia.
Yo  me  puse  aceite  perfumado  en  los  pequeños  rizos  de  las  sienes  y  me  recogí  el  pelo  en  un  moño suelto.  Me  pinté  los  ojos  y  me  apliqué  brillo  en  los  labios.  Cuando  terminé  de  arreglarme,  él  todavía estaba mirándose al espejo del armario de la habitación.
Me acerqué a él y lo agarré de los hombros para que se girara hacia mí. Lo miré a los ojos y lo besé, no  porque entendiera su nerviosismo, exactamente, sino porque  no  tenía  por  qué  conocer  sus  razones.
Solo tenía que saber apoyarlo.
Apoyó su frente en la mía y cerró los ojos. No dijimos nada. Cuando volvió a abrirlos, estaba mejor.
Me  abrazó  y  sentí  sus  brazos  fuertes  a  mi  alrededor,  como  si  nunca  pudiera  suceder  nada  malo  entre nosotros.
—Vamos —dijo.
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Los  Kinney  vivían  en  la  casa  más  pequeña  de  una  hilera  de  viviendas  enormes  y  caras  que  había frente al lago. Su pequeño jardín daba a la orilla del agua, y eso debía de ser muy agradable en verano.
Desde  allí  se  divisaba,  al  otro  lado  del  lago,  el  parque  de  atracciones.  Gran  parte  del  patio  estaba ocupado por una barbacoa excavada en el suelo, y en cuanto salí del coche percibí el olor a carne asada.
Y oí la música y las risas. Ruidos de fiesta. Sonidos de verano. De repente, sentí vergüenza por no llevar nada, ni siquiera unas pastas que podríamos haber comprado por el camino. Peter me aseguró que
no tenía importancia, pero yo necesitaba  algo  que  sujetar  entre  las  manos  mientras  él  me  guiaba  por  el camino  de  gravilla  hacia  una  cocina  alegre  y  brillante.  Se  me  había  olvidado  la  cámara,  y  eso  era suficiente prueba de lo nerviosa que estaba.
—Jamie, tío, ¡cuántas ganas tenía de verte!


Yo nunca había oído a Peter hablar con tanto cariño a alguien. El hombre que debía de ser Jamie se
giró  desde  la  isla  de  la  cocina,  donde  estaba  preparando  una  bandeja  de  hamburguesas.  Mi  primera impresión fue que era guapo, mucho más guapo que Peter. Tenía los ojos azules y las cejas más oscuras que su pelo rubio, y los rasgos de la cara perfectamente alineados. Mi segunda impresión fue que podían ser hermanos, por la forma en que sus caras, que eran bien distintas, adoptaban expresiones idénticas.
¿Y mi tercera impresión?
Que Jamie, el amigo de Peter, su mejor amigo desde el instituto, no me esperaba en absoluto.
No fue el color de mi piel, sino mi presencia, lo que le hizo dar un paso atrás. Su enorme sonrisa se transformó  en  una  mueca  tan  breve  que  desapareció  antes  de  que  yo  pudiera  analizarla.  Volvió  a acercarse al instante, como si nunca hubiera retrocedido por la impresión. Entonces, le tendió los brazos a Peter.
Yo  fui  como  una  voyeur  observando  su  abrazo,  que  duró  un  poco  demasiado,  y  que  se  interrumpió con  brusquedad.  Jamie  estaba  sonrojado  cuando  se  separaron,  dándose  palmadas  en  los  hombros  y puñetazos en los bíceps como si fueran adolescentes. Yo no podía ver los ojos de Peter.
—Esta  es Lali  —dijo  él,  tomándome  de  la  mano  para  acercarme—.  Mi  prometida  —me  pasó  el brazo por los hombros, y añadió—: Lali, este es Jamie, mi mejor amigo.
—Lali —dijo  Jamie  con  solemnidad—.  ¿Cómo  demonios  ha  conseguido  este  desgraciado engañarte para que le digas que sí?
Y entonces, todo fue bien, por lo menos a mi entender. Lo que hubiera pasado entre ellos quedó ahí.
Jamie  me  estrechó  la  mano  amablemente  y  volvió  a  darle  palmadas  en  el  hombro  a Peter,  mientras intercambiaban insultos afectuosos.
—Ha venido todo el mundo —dijo Jamie—. Vengan, vamos al jardín a saludar.
—¿Todo el mundo? —preguntó Peter.
Jamie se echó a reír y le dio otra palmada en el hombro.
—Sí, hasta mi madre. Procura darle un abrazo.
Peter me miró.
—Su madre me adora.
—Exacto.
Yo me reí.
—¿Cómo no lo va a adorar?
Jamie volvió a mirarme con solemnidad.
—Exacto —repitió—, ¿cómo no lo va a adorar?
Fuera, en el porche trasero, había pequeños grupos de invitados con platos de comida en la mano, que nos  saludaron.  Todos  conocían  a Peter.  Ninguno  se  quedó  tan  sorprendido  como  Jamie  de  que  yo estuviera allí, ni de que fuera la prometida de Peter. También me dio la impresión de que aquella gente conocía a Peter, pero no tan bien como Jamie.
—Allí  está  Anne  —dijo  Jamie,  desde  detrás  de  nosotros,  mientras  Peter y  yo  bajábamos  el  corto tramo de escaleras y pisábamos el patio—. Está chapoteando con Cam.
La mano de Peter se tensó dentro de la mía.
—Voy a presentarte a la mujer de Jamie.


Anne Kinney no estaba prestándole atención a nada más que a su hijo, que daba patadas y salpicaba en  la  orilla  del  lago.  Ella  llevaba  unos  pantalones  vaqueros  desgastados,  que  podían  haber  sido  de  su
marido,  remangados  hasta  la  mitad  de  la  pantorrilla,  y  sujetos  a  la  cintura  con  un  pañuelo  de  colores.
Tenía el pelo rojizo recogido en una trenza que le colgaba por la espalda, y su camisa de cuadros estaba húmeda por los chapoteos de su hijo.
—Ve  con  la  abuelita  —le  dijo  mientras  nos  acercábamos,  y  el  pequeño  echó  a  correr  en  dirección contraria, hacia una mujer mayor que llevaba un sombrero de ala ancha para protegerse del sol, y que le tendió los brazos.
—Anne.
Ella se giró lentamente al oír la voz de Peter, como si tuviera todo el tiempo del mundo, y, cuando lo vio, sonrió.
—Hola, Peter.
Al contrario que su marido, Anne no se quedó sorprendida al conocerme. Se secó las manos en los pantalones y nos miró a Peter y a mí. Arqueó una ceja.
—Esta es Lali —dijo Peter—. Mi… Vamos a casarnos.
—Enhorabuena —dijo Anne.
Parecía  que  lo  decía  con  sinceridad.  No  hizo  ademán  de  abrazarlo,  como  había  hecho  Jamie.
Tampoco le tendió la mano. No tocó a Peter en absoluto.
—Lali  —me  dijo  amablemente—,  ¿te  ha  dado  mi  marido  algo  de  comer  o  de  beber?  ¿No?  Vaya anfitrión. Vamos, te pondré un plato antes de que la plaga de langostas a la que llama familia se lo coma todo.
Y con aquellas palabras, me tomó del codo y me llevó hacia la casa.
—No  te  preocupes  por Peter.  Estará  con  James  —dijo  con  resignación—.  Esos  dos  juntos  son  una fuerza de la naturaleza. Es mejor apartarse de su camino.
En la cocina, sacó de la nevera unas botellas frías de Coca Cola y me dio una. Ella abrió la suya y dio un sorbo. Yo hice lo mismo, en silencio. No había hablado demasiado.
—Ha sido muy agradable que Peter te trajera —dijo Anne en voz baja.
Fuera, la música seguía sonando y la fiesta continuaba. La gente se reía. Yo oí el ruido de un motor y el  llanto  de  un  niño.  Miré  por  las  ventanas,  que  daban  al  porche.  Veía  a Peter  y  a  Jamie  juntos,  en  la barandilla, con una cerveza cada uno. El viento le apartó el pelo a Peter de la cara. Se estaba riendo. ¿Lo había visto alguna vez riéndose así? ¿Lo había visto alguna vez inclinándose hacia otra persona como yo pensaba que solo se inclinaba hacia mí?
—¿Son amigos desde hace mucho tiempo? —le pregunté, por fin.

—Sí, desde el primer año de instituto —respondió Anne, y miró por la ventana también—. Son muy, muy amigos.
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-Alexandra Cuevas: La verdad que sí, no es muy agradable el padre de Peter jajajaja
-Angie: Hola! La verdad amo la palabra CABRON jajaja y a el le queda perfecto -.- yo tambien le hubiese pegado jajajaja es que es tentador pegarle por su comportamiento :P es cabrón!
-Vsyasabs_Laliter: Y si hay padres así -.- viste? así como que odian a sus hijos y a otras personas -.- yo odio a los padres con hijos gays y que odian a sus propios hijos por elegir diferente a ellos -.- CADA UNO ELIGE LO QUE QUIERE -.- jajajajajjaa los odio ahhh
-Anonimo: Gracias por tu comentario (corazoncitos) te dire así xq siempre pones corazones jajajaja disculpa que tarde en subir es solo que andube de vacaciones :P
-Chari: :O NUNCA TE VI TAN ENOJADA jajajaja y ame tus palabras parecen sacadas de diccionario como: distintas formas de llamar al padre de peter ahhhh jajajajajaja


Hola!! Soy Cielo de: http://casijuegosca.blogspot.com.ar/ Espero que les guste la novela! 

9 comentarios:

  1. Posta q me da cosita peter
    Tengo como miedo por lali
    Me preocupa q tan amigos fueron peter y james!

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  2. Hola!! Jajajja sabes yo tmb amo es palabra jajajja...... No manches no me digas que ellos tuvieron algo de ese algo !! Me explique jajaj ??? Ahhh noo para yo me Voy de ahí y lo dejo Pobre Lali los celos que debe sentir !!!! ......
    A no pero la esposa con.o al nada que le pasa !!!...
    Ya quiero leer otro cap !! Se acaba ay noo
    Subirás otra vdd???

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  3. VOTEEEN A LALI!! http://famavision.com/Famavision-de-oro-Cantante-femenina.html

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  4. jodeme que peter estuvo con jamie??
    quiero massss
    no pense que le quedaban tan pocos capitulos
    besos

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  5. Es k con personas así ,como no enojarse ,estaba furiosa.
    Jajajaja ,palabras sacadas del diccionario ,eso lo da la edad.

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  6. Y no para nada agradable pero buee es un puto el padre 😒

    Jaime y peter eemmm ... interacturaron)? En ese sentido ????
    Anne sabe que peter es gay ????
    O peter tuvo hisyoria con Anne??? Hay algo aqui lo huelo 😶🙊🙊😼
    Quiero saberreee

    Mmmaassssssssssssss

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Amor y Paz :D
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